miércoles, 27 de abril de 2011

LA VIDA Y EL JUEGO



VIDA Y JUEGO


Cuando sacrifican un peón
– ni en nombre de algún Rey debieran llegar a tanto –
con el fin de coronarse Reina de ese alarde
(he ahí la madre del cordero)
lagrimean cocodrílicos por ese hermano asesinado
que no es ni hermano ni asesinato

Como ese cura que rechazando crímenes
horrendos de baladíes
en el nombre del Espíritu Supremo
porque así fue escrito
soportaba
un infierno muy terreno en las parroquias
y conventos:

Los abominará aquel que dicen amar tanto
y que tanto ama víctimas y victimarios?

No saben lo que dicen:
Perdonadlos diría uno si siguiera
su mismo extraviado sendero escrito y oleado

Que el dogma les enreda las palabras
y estas eructan de sus bocas consagradas
dadas a la cerrada lectura de antiguos textos

Pero si juegas:
Si al Ajedrez te regocijas
daño no promueves
en ese mundo inmenso y pequeño de acotado

Y hasta tal vez refociles tus horas de silencio

Mas, si a las palabras te aventuras:
ruega no naufragar a la deriva
en ese mundo tan inmenso
abierto sin límites
siempre magma:

Pueden reflejar sin lo quieras
tus peores fuegos de pequeño

“En toda cosa inútil hay que ser genial
o no meterse con ella”

Aconsejaba maestro
que sabía de la muerte y de la vida
del mar y del tiempo




frf

como siempre: hecho de una serie
de robos, robitos, y robones.
20 enero 2011

LA NADA DE LA MEMORIA: LA MEMORIA DE LA NADA

  
  






LA NADA DE LA MEMORIA: LA MEMORIA DE LA NADA




Nos ocupa una nada que no éramos:

¿Si?                     ¿No?

Cómo nos preocupa        esa nada
cuando ya no

Aterroriza?
La exorcizas en palabras
Te la pasas en el Mall /
                                      y no sentirla?

Te la fumas
Te la jalas
La llamas Dios?

Cómo nos ocupa esa nada / Buscas su rastro

Le armamos Pirámides
Notre Dame
La Rosseta

Si hasta nos meten en cajón por ella

Nos aspercionan
Nos cenizan
Nos toman fotografías

A veces te abren: pesan tus tripas

Te crisantemizan
Te echan una que otra lágrima

Te olvidan







 
 

POEMA sin nombre (porque fueron cortados)




POEMA SIN NOMBRE porque fueron cortados





Ahí, al comienzo de la calle no egoísta:



quien las experiencias concentra en coloridas,



cerrada y provinciana
y acogedora de pichangas y secretos testimonios
en flor – dulces y sombríos –
como vigilante policía,
o besos granates robados en lo oscuro
de la vigilia y la espera


estaba el que en Agosto anuncia la llegada
de los cálidos colores,
brisas volantineras, el ajetreo con la escarcha
en retroceso, y el olvido de bufandas,


con sus botones que estallan
en rosados deseos,
oscuras mariposas,
uno que otro picaflor.


Ayer lo cortaron.


Ya no habrá tiempo para el tiempo:


sin su vigía
cómo podrá volver la primavera?


La granada en bruscos rosados,
la concho vinaba ocultando latidos
a la vida en plumas y píos de esperanza.



Si nadie la anuncie y la respete, y
la invite a quedar en la deriva
cómo asegurar el retorno del amor?



Nuestra calle de infancia está perdida
como el tambor de la carga:
la hora del olvido de banderas
y el recuerdo
y la nostalgia de la nieve rosada y volantina.


Ay Chile, atacado de termitas.


Ni siquiera te pudimos quemar:


Ahora que nuestras chimeneas
ya no nos unen entorno
donde crepita la noche acogedora.


Ya sirven para nada.



Ya no nos une el fuego
y la escarcha nos separa
y nos encoge la ausencia


ya no habrá más pétalos nevando en primavera.



frf


viernes, 22 de abril de 2011

LA PEQUEÑA GIGANTE








desde: Apuntes para un desarrollo subrepticio



LA PEQUEÑA GIGANTE



//GRACIAS//












Y vino          Y sus líliputs             o ayudar


Y de fuego su rinoceronte en caja:
Como toda delicia sorpresa de sueños retiene
la esperanza
o buscado

Ella /diaguita la piel /tailandesa el alma
habitante de la pobla
nativa de este mundo flaco
ilusiones /dudosas

evaporados o difuntos:
esperanzas
cuando las rutinas / cuando las risas
relabradas verdes / o nuevas de tan añejas
nunca se ajan

Viva como la ceniza polvorienta
donde la lluvia
/ gigante como el futuro que no marca retrocesos
si confirma:

sus relojes a cuerda boba:

duerme y sueña y se columpia
baila su destreza cableada / ocupada en su tesoro:
chispas y bragas que la urgen
y solicitan

Y es GRANDE
Y es LINDA
          la vio la pequeña

Y tendrá para soñar las fantasías de la infancia
aún si cuando grande / aún si con la lluvia ausente
hasta cuando siempre
y beso entusiasmado     //que la oportunidad la pintan calva//

porque sueño así         ni lo matan:

o presente que renueva la confianza






(2007 - Fernando Reyes Franzani)





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jueves, 14 de abril de 2011

HERMANO MÍO (de: LASTIMERÍAS)

  
   





HERMANO MÍO

(desde:<Lastimerías>)

1



Me has reconocido, te has acordado de mí.
Te debo este momento de tumulto, en el tránsito a tu tiempo.

No vine para tus roncos jadeos, tus cuerdas vocales ya
podridas, tu cadáver de esqueleto movido a estertores.
Tus pulmones por olvido exhalan cáncer.

Pero amo tu frente seca, tus pies estragos, tus cejas.
Perturbo tus manos de inteligencia abrupta
y con clamores turbios:
construyo salmos de sanación para una espera herida.

Gota a gota el suero sostiene tu esqueleto pellejudo.
Gota a gota agradezco tu estarte a mi llegada fortuita.
Gota a gota en tu desierto de 40 días.
¿Quién los designios conoce de la muerte?

Ya dicen que debieras abandonar la lucha.
Ya esperan a premura tu entrada en el ayer.
(Ya te envían a sus dioses).
Ya hablan del comienzo del olvido.

Que su lengua de guadaña babeante babee tus labios líneas.
Pero quién los designios conoce de la muerte?
Quién la comanda?

Estoy aquí para agradecer su demora.
Me has reconocido.
¿Quién los designios conoce de la muerte?

Para untando tus labios de frescor. Limpiando tu
lengua de sangre. Abrazando tu estatura recogida.
Oliendo los estragos de tu marcha.

Ah, la Gran Puta, ya se acerca.
Ya me disputa tus manos, tu pellejo.
Ya enturbia tu mirada. Enrojece tus encías. Acalla la morfina.

La Triunfante nos está separando para vida:
Desterrándome a nuestra huerfanía de ti: A tu ausencia
de preguntas.
Hermano, ¿Dónde tendré mi refugio?

Enjugo tu frente clara: Sostengo tus dedos duros.

He rezado La Señal de tu Cruz.
He gritado a tu Virgen Madre.
Llorado tu Perdón de Cada Día:
Porque tú así lo hubieras querido, mío hermano,
y quién soy yo para negarte nada, en el día de la desolación
cuando devuelves a la infancia?

Sé que no soy quien tú reclamas.
Sé que soy quien represento.

Tu aliento, conjuro, esputos rojos en mis manos, perfil de cadáver mal venido
de rabia revuelven de rabia las entrañas:
Desespero. Descojono mi espanto. Enjugo y reenjugo tu frente.

Ah, Comadrona Todopoderosa,
¿Por qué pactas con ella, Hermano?
¿Por qué nos abandonas, por qué tanta premura?
¿Por qué la dejas que te lleve, ahora, cuando rencontrado habíamos?
¿Quién los designios conoce de la muerte?

Ah, Reputa Malvenida, bajamos los veinte pisos,
detenidos, de un viaje en esperanza.
Tú lo llevas incubado: En tu Pecho, en tu Sacro, en su Esófago de Tripa.

Hoy reando los pisos hacia la partida con tu cuerpo de ajo amargo:
Estrujo. Imploro tus manos sanas.
Me devuelven la presión.
¿Me has reconocido?
No pides que salga cuando la orina empoza tu verga de piltrafa.

Hermano, muy amado hermano:
Mi Taller. Mi Consejero. Nuestro Baluarte.
Mi Hermano Primogénito. Preclaro.

Cuando exhalas tus pedidos que ya ni entiendo
me llenas de tu podrido aliento, el podrido silbido
su podredumbre de Comadrona de la Nada y Todo
Hermano, sé que no era quién esperas
pero me has reconocido.
¿Quién los designios conoce de la muerte?

Hermano, mi Hermano Nuestro:
No habrá presente suficiente para el tiempo.
Todo por delante. Todo por delante.
¿Quién los designios conoce de la nada?

Y no me corro, si gimo,
si lágrimas delatan este enojo con tu muerte:
Porque gimo y gimo y gimo.
Y me muero de rabia. Me debes 15 años. Eres una ignominia
te escapas. Y te digo que te quedes y te escapas y caso haces
ninguno.

Ay hermano, tanta retórica cansa, me destartala.
Solo sé, qué falta nos hará tu consejo.
Esa tu mirada con el ceño fruncido.
Y a no muchos les importa nada.

Chao. Chao.
¡Y no te creas tan valiente!



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                              2




Ya vas cadáver en tu mortaja de cáncer: cerraron tus ojos.
Anudo el pañuelo a tu frente por debajo de tu barba.
Ya he pedido quemen el pijama con tu sangre.
Guardado Tu Cruz desde tu cuello, recojo el Rosario.

Cómo quisiera creer que estás allí del otro lado para irme en tu búsqueda.

Ya veo por última vez tu gracia inteligencia. La imagino.
Tu perfil amarillo. Tus labios sellados al misterio.
Ya me iré abrazando a nuestros deudos.

Te irás alejando. Desvanesciente. Desteñido.
Llevándote Salmos que no terminas. En tu barca de ceniza. Mudo.
Con nuestra soledad de tus palabras, Verso secuestrado,
Hacia el tiempo de tu huida:
Hacia el tiempo de salmos destripados.





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                              3




Hermano, recuerdas el revólver en la repisa prohibida
al cinto para grabar embobado hasta el presente?
¿Dónde tendré mi refugio?

¿Recuerdas?

Tu pavor en retroceso cuando sigo al héroe y la máquina infernal diriges a la zanja esquivando mis ojos por milímetros de tu cólera, que me pareció la más pavorosa, la más injusta? ¿Dónde tendré mi refugio?

Cuando te acercas. Caminamos. Escucho. A contramarcha.
El mundo cayendo. Tú, cortas ese cordón que heredé
a contratiempo, con igual desgano?
Tu renacimiento en las arenas sedientas?
Mi alejamiento. Tus escuchas. Tu Guía.
A través de huellas de conchales o arenas y torpezas?
¿Dónde tendré mi refugio?

Hermano, yo sí recuerdo: Secretos. Como hitos de nada. Que a la nada irán. Para completarse. Que a nadie puede interesar. Que aquí consigno para tenerte cerca.
¿Dónde tendré mi refugio?



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                              4

Rodeado de serpientes, como del aire, de compuertas que no bajan, como demoradas absoluciones, de agua impertérrita, que llena la caverna y nos aísla, a golpes con la noche iluminada, caminando desfiladeros, apilados en la nada de esa espera cónica, viendo la cascada presentida, rodeado de enanos, que huyen, que se apegan, que no les importa, ni parecen, cuando el vidrio cae dando gritos y una escoba persigue con ojos con bigote con versos, una falda, una espada de madera, mil ojos que observan, crujidos que se adhieren, y cuento, y doy la vuelta y corro, por desolaciones, por fantasmas, por se pierden en lo oscuro, por maderos, por impotencia y sombras, por muros y banquetas, y calzones tendidos, potes de manteca, sostenes desprovistos, la boca, sus olores, su sabor como el tiempo y sirenas: La noche que ulula. ¿Dónde estará mi refugio?

La almohada. oscura        laalmohada           OSCURO            muy Osscuuuuroooo.
¿Dónde tendré mi refugio?




frf
Santiago, Abril de 1996


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lunes, 11 de abril de 2011

SI TAN SOLO EXISTIERAS: HABÍA UNA VEZ y otros textos.






(desde: <"Si tan solo existieras">
FE
de esas duras como el cristal

HABÍA UNA VEZ



un Dios

al que le gustaba jugar con barro.

Una noche se destapó.
Amaneció resfriado.
Mientras jugaba / sus figurillas, / estornudó.

Con el tiempo sus criaturas aprendieron
el sonido de la espera, el silbido del ya casi.

Se fueron a practicar por abajo de una higuera.

Sus lenguas conocieron el sabor de la sal.
El color del jadeo, sus gargantas.

Después de prácticas muchas y especiosas,
ya expertos en sonidos com-prometedores,
observaron, pensaron entonces, hicieron,
tallaron unas piedras,
nostálgicos volvían a la higuera.

Un día,
concluyeron que el pronunciamiento,
de la greda,
había sido / inefectivo.

Taciturnos fueron donde su Señor:
lo amancebaron.

Éste,
ya recuperado del enfriamiento,
encontró razonable recomenzar todo,
de pronto,
más experto abandonó la greda,
se aburría,
llamó a su prima.

Ésta practicó con ácidos.
Jugó con aminos.
Se embelesó de largas cadenas.
Las vio retorcerse.
Las empaquetaba pegoteadas de encimas,
en graciosas espirales encontradas.

Finalmente se conturbó.

Echó a la basura el laboratorio completo,
de una soplada.
Se aburría.
Se fue a cavilar por otra eternidad.

Algún Dios más viejo jugó.
Con virtualidades cuánticas jugó.
Estaba regresando a su infante destreza.
Las usaba de canicas.

Se enfermó de parkinson.
Dejó caer uno / de sus abalorios.
Explotó.
No lo echó de menos.
Se aburría.
Se fue a dormir una siesta.

Otro Dios, más joven,
espera el avance de alguna teoría.

Está deseoso de existir.

Aún no sabe cómo se las ingeniará.

¿Tal vez, si se encarnara?

Adendum:

Y había otro…

Ah, no. Ese no creía en brujos.


frf
Pero esto es muy diferente


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LOS INMORTALES


No, no existen los inmortales. Salvo que imagines.
Ni más que cuerpo material, inextenso y prepotente.

Todo lo que sucede es irrecuperable, dice el erudito.
Aquello que no acontece,
como la rosa esencial en la mente / recalentada,
sólo perturba su imposible memoria.

¿Por qué habrían de existir ansias que no necesitan?
Palabras que nunca podrán ordenar el caos del vacío.

¿Acaso puede la inmovilidad absoluta ser,
(o la tenue vibración eterna),
más que la pesadilla del incauto mecánico, aún si cuántico,

o todavía, de otro brillante teólogo, la certeza?

¿No es la incierta certidumbre, tan buscada,
más que signos de incasta locura,
o palabras,         la más sutil correspondiente
convicciones,     como mariposa en afecto
en deseos,          que nada pueda perturbar
sugeridos por la lengua finita de los hombres?

Aquello que no tocas     como analogías de rosas
ni dueles                        por la tristeza de los Dioses
pero añoras.                  copetes y filitas.
¿Y revestidos del brillo de la forma?

(La belleza del abatido poeta).

Las nubes son tan estériles,
como la osada visión de la caverna profunda.

Pero ensombra la trascendencia y en ella embriagamos
la ventura incierta, la orquídea de finitiva.


Nada ni nadie nos acompaña, ni rosas ni Rosamarías,
salvo nuestras propias visiones,
y las visiones de nuestros lejanos ancestros,
y las aun cercanas pesadillas de sus antepasados,
en esta vana aventura que no pedimos,
y sin embargo tanto deseamos:

¡Mi reino por un caballo!

La novia perdida nos parece pequeño precio
para tanta posible dulzura,
que nos rebeldiza su insaciable destino:

¿Estás aún ahí?
¿En qué rincón estabas?

Ni siquiera tú, bella y efímera,
como rosa en el crepúsculo tardío,

sí, te traía rosas,       y eran rosas rojas,

pero el rojo ya no va contigo,
no sueñas,
y ya mañana te desapareciste, para entonces,
la fresia no se envanece, si su infante perfume
narcotiza un modo de tu sueño,

ahora que     vendo fresias, tú no sabes de mis gustos,

han pasado tantos,
y a la rosa le tiene sin cuidado
si es, o no es, una de las cuentas del rosario
perfumado, en el cofrecillo del recuerdo,
o aun, en aquél que permanece a la espera
de nuestro consuelo.

¿Acaso la torre, que hiere el horizonte de Londres,
cuando retornas desde la ciudad sabia,
pero no, (maneja con cuidado, no te quedes dormido),
se enorgullece sabiendo que erguiráse,
aun erecta y potente,
cuando tú ya no seas en esa isla presente de perros?

Verdades banales, como la huída del río,
o la inmaterialidad de la sombra,
o tour de turistas y sus cámaras.

Pero las débiles sombras y pusilánimes sueñan
con alguien que las salve.

Alguien debe existir, dicen.

Alguien, o algo, las anime, (o repose), para siempre.

Como si fuera tremendo logro crear seres,
en la mente            porque la palabra no ocupa lugar
dotarlos de mis carencias             poco imaginativo, pero mejor,

–de humanas imposibilidades      <engendrar diosas en humanas>
posibles en el trastorno,               aparear dioses con vírgenes

y lamentar de pronto no ser tan excelsos como los monstruos creídos:

¿no estamos cansados de tanta no estéril actitud de humildes?
(¿aunque, por no estéril, explicas?)

Venid y vamos todos,

¿o sirve para dolidos “poetizar” lo que somos y no seremos?
y planos se glorifican y golosinan la trascendencia.

Tal vez sean bellos significativos los espejismos remedos,
estos poderosos y abiertos a la nada pudines de espanto,
pero no por resplandente, si bien las palabras dotadas,
serán más que la higuera de nuestra orgullosa ignorancia,
no conforme al vacío o al retardo de nuestra vivencia.

Ellos arrastran incautos,                  la cizaña y el susurro
alumbran palabras angélicas,           por falta de simiente
protegen del terror, o el vacío,         en la más dura de las noches
nada me habrá de faltar,

ni la soledad,         de la rosa en el recuerdo anochecido
o el odio,                de los hijos / desheredados por la risa
la fealdad,              los generales organizando sus despojos
o la ignorancia:      la fe carretonera en tan humilde simpatía
que entuertos justifica en la casa de los doctos.

Palabras como patria, divino, rosa, reposo,
murmullo,                  (como susurros suculentos y sucios de limpitos)
horizonte,                  (línea, meta o sacrificio)
ángeles inmortales,    (dioses jibarizados, genios en destierro,
                                  literaturas atroces, metafísica pobretona
                                  y sabia en su oculta ratonera)

nada, todo, atrás, abierto, fresias,

dioses,                la base energúmena del bien y del mal
                          por kilos
o ciertamente, calzoncillos,       que la diferencia hacen y no la hacen
jergas,                tanto y tan soñadas en su ausencia presente al atrape
                          del futuro:
mariposas, viagra, la tenue amada, sus pechos:
en su mejor tremenda cuática al oculte de los rollos.

Toda palabra contiene un cielo infinito.
Y un purgatorio en acecho.

(A ella le carga la penetración salvo preservada).

Ni siquiera el lecho ardoroso nos salva de tanta realidad.

(Lo que más la apestaba era la francesa).

Por eso mujeres se encierran en piedras rituales,
o espejos voceados de rudos comercios,
atractantes como letanías, o cantos marciales,
o toques prohibidos,
(o también aquellos tristemente prolongados).

Y hay varones que en letrinas de regimientos
aplacan miembros jerárquicos, perseguidas por la locura,
para olvidando la amenaza; sabiendo el destino de la lengua
(En camastros o colchonetas o debidos siacasos).

¿Qué hace aquí la mención del poder fertilizante?
Preguntas o al menos piensas obnubilado del marketing.

Alguien podría aclarar la llegada del alba.

¿Acaso no venimos del Padre? nos dicen,
¿o no lo afirman? ¿No sospechan?
¿No más que metáfora expurgada de vida y trascendencia?

Que si así fuera no sería menos ni más que poesía,
como cuando el verbo – dicen también – se hizo carne:
y entonces, ¡con mayor razón! y enajenada,

Ahí está: porque carne se hizo!
Y esa la carne más penetrante; que a eso se reduce,
hasta el fondo de nuestras neuronas:

de allí reciben su programa.

Y así con las vírgenes que ya más tarde
también serán mentadas, o el texto no se completa.

La francesa era          lo que más la apesta, por la fijación
de la infancia, la ironía del presente, el despiade de lo humano
fornicando la riqueza.

¿Y por qué habríamos de vivir inocentes incautos
de nuestro único y cierto camino?

No saberlo sería perfumar,
en tardes soleadas, fresias y más fresias,
que se abran en libros secretos;

una parte inmensa muy mayor que su todo pequeñito.

Y si conocedores ciertos que retornaremos a la profunda,
a la más acogedora y cierta, entre el fuego y la roca,
inventamos consuelos espirituales, rosas sutiles,
¿no sería envidiar aquellos que nunca supieron?

No, no hay inmortales que nos acompañen,
o guíen nuestros yerros.

Solo mitos.

Por eso, no uses palabras de dioses,
no malgastes las dulces letanías de la infancia,
y perfuma,

perfuma como si fueras una fresia,

que sabe que es una fresia que perfuma cuando el sol amanece,
y entibia delicada el ambiente irredento cuando el sol no amanece
y siempre abierta a la nada, / sugieren eligiáticos.

Oh muerte, ¿qué harías si yo no existiera?
Ya no podrías encontrarme.

Un conocimiento profundo que no conoce nada.

Por eso nos cuidamos. Cómo nos protegemos.
Así no te mengüe tu desmesura insaciable.

No nos declaren reos confesos de tu traición a la vida.

Ah bien malamada, no vayas a morirte.

Lo único cierto: Ni de rosas estamos muy seguros:
Salvo que un día ya no las afirmaremos extasiados.

¿Qué otra cosa podrías hacer si fresia no eres?

Ya vino el milenio, y no perpetró nada extraordinario, ni cojonudo,
como la Curia astuta esperaba, ni temerosa siquiera de sus cargos,
a penas fuegos de artificio, para fomentar el rating,

signando el recorrido de la sombra,
y un año antes que llegara,
como confirmando que todo es mortal convención
mera convención del lenguaje decir lo contrario
porque la lengua todo lo puede al interior de la página,
o aseguran poderlo,

y se engañan.

frf

















<Simbolizan>

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