lunes, 13 de enero de 2014

DÍPTICO INICIAL (I Contratiempos y II Reflejos), el 34 de (in) Precisiones e Incertidumbres

 
 







El tercero de la parte:
Que los Rumores y la Nada pertenezcan a Sistemas




Desde (in) Precisiones e Incertidumbres

(de esas Certeras y Subjetivas)







34



DÍPTICO INICIAL









I


CONTRATIEMPOS



Llueve ceniza:
pequeños gusanos grises, opacos
pensamientos, acumulan exuberancias
o perturban los juegos las rosadas varas
enmarcando los enredos: y el horno como jaula de recuerdos
como jaula de olor a deseos quemados, como jaula.

Con cuidos evitan, las Reinas Claudias evitan
que nadie prohíbe robar
e igual roban su más dulce secreto
porque las sombras planean y el cerro maqui
está allí, al alcance de la noche, al alcance
de las jaulas retrasadas, esas que acumulan gusanitos
en el bajo vientre cuando exubera de cenizas

los guindos, llenos de resinas, los pinos
ácidas promesas de caídas:
otras cenicientas ansias o certezas
mientras no responden los gritos
marcan matorrales azorados
pasos de asombro y de ventura
los gusanitos que escabullen
y confunde en medio de la paja.

Cae ceniza.

Difunde inexplicable tristeza grisácea
agusanada
o desosiego, cuando baja un cierto rastro lejano
cierta desazón de respirar entrecortado
humectando de gris al día palpitante.

Tarde de espera retrasada
grisácea de asombro
cruenta de abandono
óleo
carisma
muchos gusanitos enjaulados
ese horno que a veces se prende y los quema.






II


REFLEJOS



Lascivos púdicos olores
así como sombras platónicas o modas ya idas
como gusanillos entre la verdura
así como dichos-emociones
o consejos eróticos en barro su rastro incestuoso
su poco pasado de moda
o siquiera sentimientos-rimados
pero cursan
abstractas ideas: sombras concretas / diluvios cansados

construyen
volviendo matices hacia la amada hacia el estero
hacia la forma terrena
desde dentro y desde fuera
como la cápsula de un coile o su dulce secreto
esparcidos por la paja en la mitad del verano:

sólo ellos, sólo esas sombras a media noche
la amada, el mismo ceño
cierto reflejo ya atenuado
ansias de conejitos en el sombrero de sonrisa
sin cálices del allá ni reminiscencias
a la caza de chupones
culturales misiones de la cruz / cabrías percalas y ausentes
orquídeas, róblicos entusiasmos, penitentes corpiños
a desgano, como piedras alertas perezosas
sin el recuerdo del edén / el sí mismo sin abalorios
sin pena ni remordimientos o conquistas
ni cenizas de oprobios o jubilosos ateridos

como se debe a las carreras
en bajada, en el polvo, entre las hortensias
sombras/polen versa/cuerda
desnudo sin historia, ni futuro
como apilar de tierra removida

ni nada que recuerde el cansancio
ni nada que viva
nada
salvo la más tétrica de las orquídeas en su casa marchita.