(desde algo que podría llegar a ser: INFORME DE CAMPO)
el primero de esa serie
PREÁMBULOS I
Roza el
timbre en uno del 17 /intimidado/
y ve
cómo el
ojo lo evalúa /de buey en su laberinto
y
observa y él sostiene la mirada
o le
parece
y
expectante y agitado /sonido de
cadenas
El
ascensor conduce a paraíso de esperas y reclusiones
El
misterio se escucha nítido
con
diafanidad como venida de un paraíso irredento
donde
la ausencia está en el tacto y el tacto era la serie
de
rumores sólidos y líquidos y risas y piel /sus insinuaciones
que no
apuntan a la infancia
sino al
secreto de la infancia
//nada
tremendo ocurre: no es el inicio /ni el presagio
ni una
nueva ternura
apenas
el asombro rutinario
precario
y secreto
como de
la especie pecado en la reiteración
como
conocidos campos teológicamente geométricos
extraños
por la perspectiva de la altura o el distanciamiento//
Esa
torre de babel de los claros contratos
oscuros
por deseados
Ese
enfrentar los Almacenes París
vitrineando
casi encuentros a modo de superar las dudas
Pero yo
busco lo + alto
Ruida y
abre una ajena cadena bendita y ahí está ella
como
podría ser su hija sorprendida /y lastrada
o el
inicio de otra frustración renovada /y ajena
Soy Paula ¿y tú? Pasa /ven conmigo
El recuerdo de tratativas a cántaros
produce siempre azules en la clase de
ausentes verdes pastosos donde naufragan mariposas torpes
pero fragantes
retocadas para menor sutileza y mayor atrape
huérfanas de arrogancia /ahítas de sentido
salvo cuando la esperanza se pierde tras
la no transparencia de recuerdos
sus rayos certeros en la costumbre de encuentros calculados
o desencuentros por realizar a la carrera
de expectativas y contrarias
sin plátanos orientales que sombrear las calles
cuando llegan de la primavera los deseos renovados
como si inciertas promesas redujeran de pronto toda
esperanza
a mejor vida o de vida que al menos espera algo y en
público:
como ver un chercán saltando a medio metro
y pareciera que sigue tus pasos
pero cierto ser /no puede
si nunca hubiera la tierra prometida
si nunca por el remedo de silbos y clarines y espadas
a veces flamígeras /de la infancia
y lo
inter-conecta a pieza de cama azorada
donde un
enorme /observa/ ventanal con Santiago en despliegue
y sus
verdes y la tibieza de la tarde
//luminoso
y optimista: sin rastros ni recuerdos del golpe//
y abajo
la 11 de Septiembre
lo perturba
a ensimismarse en imágenes de concreto
aún
reminiscencias: despiadados uniformes
el de
las calles ajetreo impersonal
la de
sol llena bóveda de extraños espacios frecuentes
//desde esas ventanas en oblicuo nos observan//
el
gigante espejo
ciertamente
ajeno del encuentro y miradas
y de la
Paula cola /promesa redonda de dulzuras
pues yo
sostengo al uno
//y
oler y tocar y morder y déjenme y las mecánicas
de
tu insisto
/mientras la mira piensa bajo la cintura//
De
cristiano él ciertamente cumplido sin acoses
de
capellán desalmado
o
presbítero lleno de amargura o listeria
y para
nada ocultos deseos de comunicación ambigua
Hubo la tibieza cuando el tiempo no era fortuito
cuando
pudo decirle a su prima extasiada
juguemos
que por ti viviré para siempre
y el
horizonte irradiaba y su prima refulgía
y aves
marinas cruzaron el disco de rojo
pero ya
no lo recuerda
salvo
cuando la tristeza le ilusiona a torpes reiteraciones
de pronto
interrumpidas
Espera
aquí dice
ya vienen
puesto
que el paraíso verdadero /es donde renueva
y se
irá con sonrisa de ojos de mica azules
puesto
que el paraíso es falso si escurre
o yo
también trabajo /y te presentaré a las otras
puesto
que el paraíso no más que un subterfugio de indefensos
Y desaparece
Ajuste final para su ingreso a
la precaria de in-éditos
el viernes 11 de diciembre de 2015
frf